Las afecciones más frecuentes que podremos ver en la piel de un deportista, son las originadas por microorganismos que causan infecciones, los agentes medioambientales, las reacciones alérgicas e irritativas y traumatismos.
Las infecciones pueden ser bacterianas, fúngicas o víricas.
A continuación detallamos los casos con los que nos podremos encontrar:
Infecciones Bacterianas
Cuando la epidermis pierde su capacidad para protegerse del exterior, o los microorganismos externos consiguen alterar el equilibrio defensivo de la piel, se produce la infección. Tanto la flora habitual como los microorganismos exógenos, pueden causar patología. El microtraumatismo repetido en ciertas localizaciones, el exceso de humedad, el calor, la transpiración, el contacto con el equipamiento y con otros jugadores, entre otros factores. Entre las más comunes encontramos el impétigo, la foliculitis, los forúnculos y abscesos, las celulitis y erisipelas, la queratólisis punctata y el eritrasma.
Granuloma de las piscinas
Es debido a la infección por Mycobacterium marinum, una micobacteria atípica que se encuentra en algunas piscinas de agua natural y en los acuarios. Se presenta en forma de nódulos eritematosos en el dorso de las manos, pies, codos o rodillas.
Infecciones fúngicas (hongos)
En los deportistas las infecciones fúngicas superficiales son muy frecuentes, sobre todo las que afectan a los pies. La transmisión de estas al compartir material, ducha u otros espacios no es infrecuente, por lo que es importante no sólo un correcto tratamiento sino también una buena información y prevención.
Infecciones víricas
Los deportistas pueden infectarse con una amplia variedad de agentes virales. La sudoración excesiva, las ropas ocluidas y el roce con otros deportistas aumentan el riesgo de desarrollar este tipo de infecciones. Se han descrito brotes de herpes simple, herpes zóster, molusco contagioso y verrugas vulgares, estas son las infecciones más frecuentes.
Reacciones alérgicas e irritativas
En este grupo se encuadran las dermatitis de contacto e irritativa, la urticaria y el angioedema.
Dermatitis de contacto (alérgica e irritativa)
La dermatitis de contacto define una reacción inflamatoria de la piel secundaria a un efecto irritante o a una respuesta del sistema inmunológico frente a una sustancia específica que actúa de sensibilizante. Así, dentro de la dermatitis de contacto, se distingue entre la dermatitis irritiva de contacto y la dermatitis alérgica de contacto. En la práctica, esta distinción no siempre es tan clara ya que la clínica y la etiología se solapan.
Urticaria y angioedema
Representan un espectro de reacciones de la piel ante distintos procesos inmunológicos e inflamatorios desencadenados por múltiples factores.
Urticaria colinérgicaz
Urticaria acuagénica.
Hay una forma particular y muy infrecuente de anafilaxia inducida por alergia alimentaria al gluten y ejercicio, que se produce sólo cuando coinciden temporalmente la ingesta del alimento causal y la práctica de ejercicio intenso.
Alteraciones dermatológicas por exposición medioambiental
En los deportes que se practican al aire libre la piel está sometida a las inclemencias del tiempo y como consecuencia se manifiestan síntomas y signos que los dermatólogos llamamos:
Fotodaño o Fotoenvejecimiento como así también a quemaduras.
Xerosis
El frío, el viento y el agua también pueden afectar a la piel, alterando su equilibrio, provocando una xerosis (sequedad)
Pelo verde
Los individuos que realizan natación regularmente, especialmente los que tienen el pelo y la piel clara, pueden experimentar un cambio en la coloración de su cabello hacia un tono verdoso. Esto es debido a la acumulación de cobre en la cutícula de los folículos pilosos. El cobre del agua proviene de las tuberías y de algunos productos desinfectantes.
Traumatismos
Debido a la fricción constante y repetitiva con el material empleado para practicar deporte, o debido a traumatismos, el atleta puede padecer alteraciones de la contigüidad de la piel en forma de abrasiones, erosiones y ampollas entre otras.
Ampolla de fricción
Las ampollas se deben al intenso estrés de roce al que se ven sometidas algunas zonas del cuerpo, lo que ocasiona una separación en la unión dermoepidérmica
Callos
Se dan en áreas expuestas a un trauma o rozamiento repetitivo y normalmente aparecen en zonas dónde previamente habían aparecido ampollas.
Uñas encarnadas
La mayoría de las veces son debidas al uso de calzado inadecuado o que no se ajusta correctamente a la forma del pie, ocasionando la entrada de la uña dentro de la dermis, donde generará una reacción a cuerpo extraño.
Talón negro (talon noir).
El talón negro consiste en petequias de distribución horizontal en el extremo superior del talón, asintomáticas y, habitualmente, bilaterales. Es común en jóvenes, especialmente en los que practican deportes con paradas y acelerones frecuentes como el tenis.
Pezón del corredor
Es la irritación del pezón debida al roce crónico con camisetas o sujetadores.
Hombro de nadador
Se conoce como «hombre del nadador» una placa eritematosa que aparece en el hombro de algunos nadadores que realizan estilo libre, resultado de la irritación por el roce con la barbilla sin afeitar. Se previene rasurándose antes de nadar. Erosiones, excoriaciones y contusiones superficiales.
Otros
Miliariah
Es producida por la obstrucción de los conductos sudoríparos ecrinos en el contexto de un aumento de la temperatura corporal o ambiental.
Estrías de distensión
Son muy frecuentes en adolescentes en edad de crecimiento y se deben a la ruptura de las fibras elásticas de la dermis reticular.
Quemaduras por roce en tela y lesiones residuales pigmentarias
Dra. Silvina Grazioso
Medica Dermatóloga Mat. 13521 Reg.Esp. 14.186



